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Los hijos en medio: el daño sistémico de hablar mal del otro progenitor

Los hijos en medio: el daño sistémico de hablar mal del otro progenitor

Desde las constelaciones familiares, los hijos son el fruto de ambos padres, y por lo tanto, necesitan amar y tomar a los dos para crecer en equilibrio. Cuando uno de los padres —sea la madre o el padre— habla mal del otro frente a los hijos, rompe un orden esencial del sistema familiar y provoca consecuencias invisibles pero profundas.

Cuando la madre habla mal del padre

En esta situación, la madre, desde su dolor o enojo, critica, juzga o desacredita al padre delante del hijo. Tal vez fue una pareja ausente, irresponsable o infiel, pero cuando la madre convierte su experiencia personal en verdad absoluta para el hijo, lo coloca en una lealtad dividida.

Consecuencias para el hijo:
  • Culpa por amar al padre, lo que debilita su identidad.

  • Dificultades para conectarse con su fuerza, su impulso, su capacidad de avanzar, ya que simbólicamente el padre representa eso.

  • Problemas con la autoridad, los límites o la figura masculina.

  • Elección de parejas con dinámicas similares, para tratar de resolver lo que no pudo sanar con papá.

Movimiento sistémico necesario:
  • La madre debe separar su rol de pareja del rol de madre, y permitir que su hijo tome a su padre en su corazón, tal como es.

  • Reconocer que, más allá de sus errores, él le dio la vida al hijo, y eso basta para que tenga un lugar de dignidad.

Los hijos en medio: el daño sistémico de hablar mal del otro progenitor

Cuando el padre habla mal de la madre

Aquí el padre critica, desacredita o desvaloriza a la madre frente al hijo. Puede haber habido conflictos, separación o dolor real, pero al hablar mal de ella, el padre coloca al hijo en una posición de rechazo hacia la fuente misma de su origen.

Consecuencias para el hijo:
  • Dificultad para conectarse con la nutrición emocional, el amor propio y la seguridad interna, ya que la madre representa ese primer vínculo afectivo.

  • Conflictos con lo femenino: relaciones tensas, desconexión emocional o rechazo hacia mujeres.

  • Sentimientos de vacío o abandono, incluso si mamá estuvo presente.

  • Incapacidad de recibir con gratitud: quien no toma a la madre, muchas veces tampoco puede tomar la vida plenamente.

Movimiento sistémico necesario:
  • El padre necesita reconocer el lugar sagrado de la madre como la que dio la vida, sin manchar su imagen ante el hijo.

  • Entender que, incluso si como pareja no funcionaron, como madre ella cumplió un papel fundamental que merece respeto.

La clave sistémica: los hijos no son aliados, son hijos

Los hijos en medio el daño sistémico de hablar mal del otro progenitor

Cuando uno de los padres busca en el hijo un cómplice emocional contra el otro progenitor, lo pone en un lugar que no le corresponde. Ese hijo se convierte en juez, en confidente o en aliado de un dolor que no puede cargar. El resultado: pierde su lugar de hijo, y eso daña su crecimiento, sus vínculos futuros y su equilibrio interno.

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