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Cuando solo quieren recibir: el desequilibrio entre el dar y el tomar

Cuando solo quieren recibir: el desequilibrio entre el dar y el tomar

En las relaciones humanas —ya sean de pareja, familiares o laborales— hay personas que parecen tener una necesidad constante de recibir, pero rara vez muestran disposición a dar. Desde el punto de vista de las constelaciones familiares, esta actitud no es simplemente egoísmo o inmadurez emocional, sino que puede reflejar un desequilibrio profundo en el flujo del dar y tomar, arraigado en la historia del sistema familiar.

El principio del equilibrio

Bert Hellinger, creador de las constelaciones familiares, enseñó que las relaciones sanas se sostienen en un principio básico: dar y tomar en equilibrio. Cuando uno da, espera —de forma natural— recibir algo a cambio, y cuando uno recibe, se siente inclinado a corresponder. Este intercambio mutuo mantiene viva la conexión y refuerza los vínculos.

Pero ¿qué ocurre cuando alguien solo quiere recibir?

Posibles causas sistémicas del desequilibrio:

el desequilibrio entre el dar y el tomar1. Falta de toma de los padres

Una de las bases del equilibrio es la capacidad de tomar profundamente a los padres, tal como fueron. Si una persona no logra aceptar a sus padres —por juicios, rechazo o dolor— puede quedar atrapada en una actitud infantil de carencia constante. Como no tomó en profundidad lo más fundamental (la vida), nada de lo que reciba en el presente le será suficiente.

2. Infancia marcada por carencias

En algunos casos, quien solo quiere recibir tuvo una infancia con profundas carencias emocionales o materiales. Esa falta dejó una huella que busca ser compensada eternamente, aunque la persona ya sea adulta. Es como si su alma dijera: “Aún no he recibido lo que me faltó, necesito más”.

3. Identificación con una víctima del sistema

A veces, la persona se identifica con un miembro de la familia que fue víctima, maltratado o despojado. Desde esa identificación inconsciente, adopta un rol pasivo, esperando que el mundo le compense por las injusticias vividas por ese otro. Esta actitud no es consciente, pero puede condicionar toda su forma de relacionarse.

4. Deseo de no dar por miedo a perder

Dar implica riesgo: de no ser correspondido, de ser usado, de quedar vulnerable. Algunos, por experiencias tempranas de dolor o traición, desarrollan una estrategia inconsciente de acaparar sin involucrarse del todo. Es una forma de protegerse del dolor, pero también una barrera para el verdadero amor y la reciprocidad.

El camino de sanación: tomar y luego dar

En constelaciones familiares, el primer gran movimiento es aprender a tomar a los padres, tal como fueron. Cuando alguien logra hacerlo, su capacidad de dar y recibir con libertad se restablece. Ya no necesita mendigar afecto, ni temer al intercambio: se siente pleno, enraizado, y por lo tanto capaz de compartir.

El equilibrio entre dar y tomar no es una contabilidad exacta, pero sí es una danza. En las relaciones donde uno solo toma y el otro solo da, el vínculo se agota. La sanación llega cuando ambos se reconocen como adultos completos, capaces de ofrecer y de recibir, sin condiciones.

Cuando alguien parece necesitar constantemente recibir sin dar nada a cambio, es probable que esté atrapado en una dinámica más antigua que su voluntad consciente. Las constelaciones familiares nos invitan a mirar con más profundidad, no para justificar conductas, sino para comprender sus raíces y abrir caminos hacia relaciones más equilibradas y sanas.

Solo cuando aprendemos a tomar con gratitud, podemos empezar a dar con amor.

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